Hoy aunque fuera hace sol llueve en tus mejillas...
Te das cuenta de lo mucho que te todo duele el cuerpo, te das cuenta otro día más, pues claro Paula, ¿qué iba a cambiar?
Has perdido la esperanza, y sin ella estás perdida.
¿Levantarme de la cama? ¿para qué? te dices a ti misma...
¿para qué seguir si nunca me encuentro bien?
¿para qué seguir si la persona que me daba la vida se ha ido?
Cada vez te sientes más sola y más perdida, más a la deriva y más estancada en una rutina que asfixia. Sientes que en la suma de todo tu restas, no sabes si lo que sientes es real o es tu inseguridad.
Esa que te come viva, que te llena de dudas y de miedos, esa que nació contigo un 23 y nunca te ha abandonado.
No sabes si es real o no, pero sientes eso, sientes que tu estás de más... Desesperas buscando respuesta a tantas preguntas;
estás perdida, te has perdido en ti misma.
Te bloqueas, te bloqueas porque sabes que para salvarte de allí dentro hace falta más que un 'Paula, no llores más' de la "mare"...
Lo necesitas a él, pero te sientes como si fueras invisible ante sus ojos, ¿ya no le importo? te preguntas con miedo y asustada.
Estás demasiado asustada para pensar con claridad.
Quieres desaparecer pero no eres lo suficientemente valiente;
dices que quieres morir pero en realidad quieres que te ayude a seguir; sólo necesitas oír un 'Paula, yo sigo aquí, estoy contigo'.
Todo está demasiado oscuro y hay demasiado silencio, tanto silencio que ya no puedes oír nada.
Te has vuelto a perder en ese laberinto, ese que en un pasado te llevó al abismo.
La inseguridad te mata y el miedo te come viva;
no ves una salida. Paula, estás perdida.